¿Cómo reconocer los signos del hambre en el bebé?
El acto de succión o el llanto son dos de las señales o signos más claros de que el bebé tiene hambre.
Entre los momentos importantes en la vida diaria de los recién nacidos, está la hora de comer. De hecho, en los primeros meses con tu bebé, tanto si estás amamantando como si lo estás alimentando con biberón, estas comidas marcan tus días y en ocasiones pueden ser motivo de preocupación: ¿Cómo saber si tu bebé tiene hambre o si ha comido lo suficiente? Dado que aún no puede expresarse con palabras, ¿deberíamos decidir alimentarlo en horarios fijos sin intentar averiguar si quiere comer? o ¿esperar alguna señal? Veamos cómo reconocer los signos del hambre en el bebé.
¿Cómo reconocer los signos del hambre en el bebé?
Puede que los bebés recién nacidos no hablen o no se expresen con palabras. De tu bebé no escucharás las palabras «tengo hambre»; pero sí que son capaces de indicar que tienen hambre a través de varias señales físicas:
- Inquietud: cuando estaba todo tranquilo, tu bebé de repente comienza a moverse mucho y estirar brazos y piernas;
- Búsqueda de comida: gira la cabeza mientras está en tus brazos, como si buscara el pecho o el biberón y se posicionara para comer;
- Succión : aunque no haya nada que succionar, tu hijo puede intentar hacerlo y hacer movimientos de succión con la boca, o incluso llevarse las manos a la boca para succionarlas (también puede sacar la lengua);
- Llanto: el llanto del bebé es la señal definitiva, que ocurre cuando ha estado esperando y el hambre es demasiado fuerte. En este caso, se recomienda intentar calmarlo antes de alimentarlo, ya que puede tragar aire si aún llora y acabar con gases después de la comida.
La mayoría de los bebés utilizan una o más de estas señales. Así que hay que tener cuidado de no dejar demasiado tiempo entre comidas, especialmente si tu bebé es muy pequeño.
¿Cómo saber si el bebé ha comido lo suficiente?
Alimentar a tu bebé sin que para ello tenga que llorar será como una pequeña victoria, pero la pregunta que suele surgir inmediatamente después será: «¿Mi bebé todavía tiene hambre?»
Nuevamente, que no cunda el pánico: solo debes prestar atención a las señales que envía el bebé para estar tranquilo. Un niño pequeño que ha comido lo suficiente comienza por dejar de amamantar o incluso escupe el chupete o el pezón y cierra la boca. A menudo mira hacia otro lado y se interesa por lo que sucede a su alrededor: si la curiosidad se apodera de él es porque el hambre ya no está. Por último, dos señales que debemos tener en cuenta: tu bebé se duerme si está cansado o empieza a jugar y reír. Por el contrario, si tu hijo se enoja y capta una de las señales de hambre mencionadas anteriormente, es porque no ha tenido suficiente.
Alimentación del bebé: cuidado con el estrés
Para los padres primerizos, alimentar a los bebés puede ser una obsesión y una fuente de estrés. La mejor prueba de que come bien es ver que está creciendo y engordando bien. Pero si te preocupa la hora de comer, habla con el pediatra para evitar crear un estrés innecesario para el bebé. Y sobre todo, ten en cuenta que desde el nacimiento, los niños son capaces de regularse y comer hasta saciarse cuando tienen hambre. Por lo tanto, un bebé no se permite morir de hambre ni comer demasiado.
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